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Feuerbach y el concepto de Religión

Enviado por Unknown el sábado, 23 de agosto de 2014 | 6:31 p.m.



Feuerbach y el concepto de Religión.

Ludwing Feuerbach es más profundo a la hora de entender el concepto de religión. Para él la religión es la conciencia de Dios y éste para el hombre es su propia esencia.
Según él (Feuerbach), "en relación a los objetos sensibles, la conciencia del objeto está separada de la conciencia de sí mismo; pero referente al objeto religioso, la conciencia del mismo y la conciencia de sí mismo coinciden. El objeto sensible existe fuera del hombre, el religioso se encuentra en él, le es intrínseco – de ahí que sea un objeto que tampoco pueda abandonar al hombre como la conciencia de sí mismo-, le es íntimo y hasta el más íntimo, el más próximo a él". Según Feuerbach, "el ser (wesen) absoluto, el Dios del hombre, es su propia esencia. El poder que ejerce el objeto sobre él, es por tanto, el poder de su propia esencia".
Según él, "vale por tanto aquí sin restricción alguna la tesis: el objeto del hombre no es otra cosa que su esencia (wesen) objetivada. Así como el hombre piensa, así como el hombre siente, así es su Dios. La conciencia de Dios es la conciencia que tiene el hombre de sí mismo. El conocimiento de Dios es el conocimiento que tiene el hombre de sí mismo. A partir del hombre conoces a su Dios, y viceversa, a partir de Dios conoces al hombre, ambas cosas son idénticas. Lo que para el hombre es Dios, es su espíritu y su alma, su corazón, es precisamente su Dios, y Dios es el interior revelado, el yo perfeccionado del hombre. La religión es la revelación solemne de los tesoros ocultos del hombre, es la confesión de sus pensamientos íntimos, la confesión pública de sus secretos de amor".
Según Feuerbach, "la religión es la escisión del hombre consigo mismo: porque ella considera a Dios como un ser opuesto a él. Dios no es lo que es el hombre- el hombre no es lo que es Dios. Dios es el ser infinito, el hombre el ser finito. Dios es perfecto, el hombre imperfecto. Dios es eterno, el hombre temporal. Dios es omnipotente, el hombre impotente. Dios es santo, el hombre pecador. Dios y el hombre son dos extremos. Dios es lo absolutamente positivo, el contenido de todas las realidades; el hombre es sencillamente lo negativo, el concepto de la nada. Pero el hombre objetiva en la religión su propia esencia. Es, por tanto, necesario demostrar que esta oposición, esta discordancia entre Dios y el Hombre, con que empieza la religión, es una discordancia entre el hombre y su propia esencia".

Nótese que para Feuerbach, el ser divino es el objeto de la religión. Al respecto dice: "resulta ya del hecho de que el ser divino, que es el objeto de la religión, fuera realmente otro que la esencia del hombre". De modo que en él lo religioso se encuentra instalado en el hombre, más exactamente en la cabeza del hombre, es decir en su conciencia individual. A decir de él (ver más arriba) es su ser íntimo, es decir la perfecta unidad del objeto y el sujeto. Feuerbach no acepta que lo religioso se encuentre instalado fuera del hombre, como algo objetivo, es decir, que exista fuera e independientemente de su conciencia individual.

De aquí el valor que le da en su filosofía a la crítica de la religión. Al respecto nos dice: "el secreto de la teología es la antropología, pero el secreto de la filosofía especulativa es la teología –la teología especulativa- la cual se diferencia de la ordinaria porque coloca aquí abajo al ser divino, vale decir, actualiza, determina y realiza al ser divino, exiliado en el más allá por miedo e incomprensión por la teología ordinaria".

Federico Engels no se aparta mucho de Feuerbach a la hora de entender la esencia de la religión. Al respecto nos dice: "la religión no es otra cosa que el reflejo fantástico que proyectan en la cabeza de los hombres aquellas fuerzas externas que gobiernan sobre su vida diaria, un reflejo en que las fuerzas terrenales revisten la forma de poderes supraterrenales".

Es evidente que en Engels, como en Feuerbach, la religión es un problema subjetivo. Se trata, según él, de un reflejo en la cabeza del hombre, es decir, en su conciencia individual. No importa que el objeto de la religión sea para Engels algo distinto de lo que es para Feuerbach. En Engels, este objeto se refiere a las fuerzas externas que gobiernan sobre su vida diaria. Pero así y todo para Engels la religión es un problema de conciencia (es un reflejo fantástica en la cabeza del hombre).

Lo que hay que preguntarse es si fuera de la conciencia individual, fuera de la conciencia del hombre y de la humanidad viviente existe lo religioso como algo objetivamente existente, es decir, como algo que existe fuera e independientemente de la conciencia del hombre y de la humanidad.

El problema fundamental en la crítica a la filosofía de la religión gira en torno a la relación que existe entre lo religioso subjetivamente existente y lo religioso objetivamente existente. Mientras que lo religioso se declare sólo como subjetividad y no se atine a ver en lo religioso también objetividad, no se podrá entender bien a fondo el problema de la religión.

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